Por Vladimir Turró
Periodista Independiente
La
Habana. Acusada por un delito que no cometió y a pesar de no haber tenido pruebas en su contra, Kendra Rosabal Domínguez
fue llevada a prisión el 15 de agosto de 2014, y en su opinión, fue sólo por el
hecho de ser opositora al gobierno Castrista.
“El
Hecho de pertenecer al partido opositor Unión por cuba Libre, es la prueba más
fehaciente de que mi encarcelamiento fue una maniobra de la seguridad del
estado”.
Según
su testimonio, Kendra abordó, aquel 15
de agosto, un autobús provincial con destino a la capital en el municipio San
Cristobal de la provincia Artemiza donde
reside, y al llegar al punto de control del poblado de Guanajay, el ómnibus fue
detenido por oficiales de la policía nacional (PNR), donde éstos realizan una
requisa, supuestamente de rutina.
Sin
pregunta alguna, los oficiales se dirigieron a los últimos asientos del ómnibus,
donde estaba sentada Kendra junto a otras 4 personas, encontrando debajo de éstos
215 libras de carne de res, por lo cual, fue arrestada una pasajera que ocupaba
uno de estos asientos.
Concluido
el comienzo de la maniobra, la guagua fue puesta en marcha nuevamente, pero
vuelve a ser detenida en el poblado de Bauta, donde dos oficiales, con nombre
en mano, arrestan a Kendra, acusada de hurto y sacrificio de ganado vacuno.
Luego
de pasar por varias estaciones policiales durante todo un mes, fue encerrada en
una celda junto a violadores y delincuentes, además, de ser casi violada por un oficial de la PNR, y el 15 de
septiembre del mismo año, fue llevada a la prisión occidental de mujeres “Guatao”
en la Habana, donde permaneció tres meses y nueve días.
En
este tiempo, le fue negado a su abogado la petición de cambio de medida en seis
ocasiones, y una semana antes del 24 de diciembre del mismo año, día en que se
realizó el juicio, le fue cambiada la acusación de hurto y sacrificio de ganado
a receptación.
“Yo
pienso, que como el delito de hurto y sacrificio no tiene beneficios, por eso
es que no decidieron cambiarlo hasta última hora… por eso también me negaron
los cambios de medidas para torturarme psicológicamente” aseguró la víctima
Por
falta de pruebas, el tribunal dicta la libertad inmediata de la acusada sin
embargo, y un mes más tarde, bajó la sentencia, donde fue sancionada a dos años
de trabajo correccional sin internamiento y multada con 3000 pesos moneda
nacional.
“Yo y
todas las personas pensamos que no sería sancionada, pero al final me la
hicieron los esbirros”
Apenas
recibió la sentencia del tribunal, Kendra se consiguió un trabajo en una
cooperativa, donde trabajaba hasta la actualidad, pero nuevamente, de la nada, fue
expulsada de su centro laboral, acusada de nepotismo, por ser el esposo de su
mamá jefe de dicha entidad, y la seguridad del estado aprovechándose de esta
situación, le dio cinco días para que encontrara otro trabajo, o de lo
contrario, seria revocada.
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