Ante
la falta de libertades y oportunidades, emigrar a Estados Unidos o a cualquier
país del mundo en busca de una mejor vida, está entre las principales
aspiraciones de los jóvenes en Cuba.
Los
valores que el régimen comunista ha tratado de inculcar en las mentes de los cubanos –el patriotismo, el
internacionalismo- solo han conseguido
que sus condiciones de vida sean mucho
peores que las que tenían hace 56 años.
La juventud cubana está en desventaja con la del resto del mundo, de
la que la separa medio siglo de atraso.
A
partir de una serie de entrevistas realizadas a varios jóvenes cubanos de ambos
sexos se pudo constatar que la mayoría no piensa en tener hijos, porque esto alejaría sus posibilidades de
emigrar, por lo tanto, alejan esta idea lo más que pueden de sus vidas.
En aras de lograr sus objetivos, Yasin
Hernández Reyes, una de las jóvenes consultadas, dijo que ella haría cualquier
sacrificio, incluso hasta tener relaciones sexuales con un hombre mayor de 60 años, siempre y cuando sea extranjero, se
case con ella y se la lleve a otro país “Ojala me encontrara un Yuma (extranjero), eso sería
lo mejor que me pudiera pasar en la vida”, exclamó.
Liesy,
estudiante de ingeniería informática, cifra sus esperanzas en páginas de encontrar
parejas en Internet. Gracias a una amiga
que tiene acceso gratuito a la red de redes a través de su centro laboral, se
inscribió en más de diez sitios. En alguno de ellos espera conseguir un extranjero que se case con ella.
Existen
en La Habana lugares donde se concentran
enormes cantidades de jóvenes de diferentes edades, como es el caso de la esquina
de 23 e Infanta, en el céntrico barrio capitalino El Vedado, adonde acuden turistas
extranjeros en busca de chicas y chicos. Estos se prostituyen y si no logran
sus sueños de irse a otro país, al menos
vendiendo sus cuerpos ganan unos pocos dólares para satisfacer algunas de sus
necesidades.
Lanzarse
al mar en embarcaciones fabricadas por ellos mismos es otra de las opciones que
encuentran los jóvenes cubanos, a pesar de saber que tienen un 99.9 por ciento
de posibilidades de perder sus vidas en la travesía, ahogados o devorados por
los tiburones, en busca del sueño americano.
Luis
Adolfo, de 28 años, ha fracasado dos veces en el intento de cruzar el Estrecho
de la Florida. En ambas ocasiones, la embarcación ha zozobrado. Una vez lo
recogieron los guardafronteras y le
impusieron una fuerte multa; la otra tuvo que regresar a la costa a nado. Pero
no se da por vencido. “Prefiero arriesgarme a que me coman los tiburones a
seguir viviendo así, sin esperanzas”, dijo.
Imprimir Pagina
No comments:
Post a Comment