Por Vladimir Turró
Periodista Independiente
La
Habana. Los crecientes arrestos de forma violenta contra mujeres y hombres
pacíficos, durante once domingos consecutivos, no parecen ser una buena
justificación para que los gobiernos democráticos se pronuncien en contra de la
violencia contra las féminas.
Cerca
de cien activistas, entre mujeres y hombres, son arrestados y golpeados cada
domingo después de misa, en aras de impedir que lleven a cabo una campaña a
favor de la liberación de todos los presos políticos.
Variados
informes y trabajos audiovisuales, sobre la represión empleada contra estos,
han sido entregados por la líder de las Damas de Blanco Berta Soler en
diferentes Sedes Diplomáticas de la Habana y los gobiernos continúan callados.
En
medio del deshielo de las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, el
gobierno Castrista muestra en los últimos tres meses sus índices más altos de
violación de los derechos humanos y continúan aumentando.
Desde
el anuncio de la nueva política Estadounidense hacia la isla el 17 de diciembre
pasado, los Castro han dado pasos de cangrejo en materia de derechos y
libertades de sus ciudadanos. Mientras el gobierno americano accede a sus peticiones
como la de sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, el
gobierno Castrista continúa ejerciendo sus prácticas fascistas contra todo
aquel que le represente peligro para continuar el camino de su régimen
totalitario.
Las
buenas intenciones del presidente Barack Obama de empoderar al pueblo cubano
son claras, como también son clarísimas que las intensiones del régimen no son
buenas. Desde el mismo día 17 en que se anunciaba el restablecimiento de las
relaciones diplomáticas, Raúl Castro aseguró ante las televisoras nacionales,
que tenía una visión diferente sobre el respeto de los
derechos humanos.
A
pesar de los gestos de buena voluntad de Washington para restablecer las
relaciones, en la actualidad, para los Castro esto continúa siendo muy poco e
insuficiente, según las recientes declaraciones de Granma.
“Cuba
debió esperar 33 años por el simple acto de justicia que se llevó a cabo cuando
el Departamento de Estado Norteamericano oficializó la salida de nuestro país
de la lista de países patrocinadores del terrorismo internacional” señaló el
diario.
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