Monday, December 15, 2014

Banco Metropolitano, pero no para todos los cubanos.


Por: Enrique Díaz Rodríguez
Periodista independiente.                                                  La Habana, Cuba. 14 de diciembre de 2014.
 Entidad bancaria cubana, impide a ciudadano del interior del país  abrir cuenta de ahorro en  la capital.
La información fue suministrada a este reportero por la persona afectada, quien pidió cambiar su nombre por temor a represalia alguna.
Jesús es un guantanamero que arribó a la Habana en compañía de su esposa e hija. Llegó en busca de prosperidad; ilusión alentada por la frase plasmada en el anuncio que le recibió al ingresar en suelo capitalino:
 La Habana, capital de todos los cubanos.
 Desempeñó en la urbe habanera,  incontables trabajos con los cuales logró guardar algún  dinero. Sus ahorros necesitaban ser puestos a buen recaudo, y  ¡qué mejor lugar que un Banco estatal!
Con esa finalidad, se dirigió al Banco Metropolitano ubicado en 49 y 120, en el municipio Marianao. En el mismo, solicitó a una empleada los procedimientos convenientes para depositar su dinero en una cuenta.
 Todo marchó en regla hasta el momento de entregar su carnet de identidad.
La empleada le notificó, que según  su carnet de identidad no tenía dirección de la Habana, por tanto no le podían brindar el servicio solicitado. Jesús asombrado, objeta que el dinero que él quiere depositar es el mismo que circula por toda Cuba, y que eso era un Banco; lugar destinado para este fin.  La negativa surgió  nuevamente, y esta vez en forma concluyente.
 Jesús tuvo que abandonar el lugar con la amarga sensación de sentirse discriminado.
Al margen de lo sucedido, trató de realizar algunas averiguaciones,  en el referido Banco Metropolitano. Recibió  nuevamente confirmación de la existencia de la polémica normativa. ¿Quien la creo y el porqué? , son interrogantes que no supieron o no quisieron despejarle.
 En un intento desesperado,  investigó  con un guardia que custodiaba la entrada del banco, pero sus preguntas parecían chocar contra un laberinto de evasivas y justificaciones.  Solo pudo intuir que  la entidad mencionada dictó su propia política, y que la  medida; que afecta a un buen número de cubanos, es fruto de la imaginación de algún burócrata asentado en la Habana con todas las de la ley.

Jesús archivó sus inútiles pesquisas, al tiempo que consiguió un pomo con tapa para guardar  su dinerito. 
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