Un
niño, de 11 años de edad, fallece por negligencia médica.
Por
Vladimir Turró
Misceláneas
de Cuba
Jordán Davia Figueroa Loren
falleció, este 6 de noviembre en el hospital pediátrico William Soler en la Habana, tras sufrir 7 paros cardiacos.
El día 1ro de noviembre del
presente año, Jordán es llevado al hospital Luis días Soto (Naval), por su
padre de crianza Lorenzo Negra Abreu, quien es fuente de esta información, ya
que el niño se quejaba de un dolor en el tobillo izquierdo. En el centro de
salud es atendido por el doctor Javier Ortiz Duque, quien es especialista en ortopedia,
el cual le diagnostica un egipse, sin tan siquiera haberle tirado una placa
(rayos x) y le manda a inmovilizar el pie.
Al niño le continuaban los
dolores y el pie se le estaba inflamando, por lo que su papá lo regresa al hospital en
la madrugada del día 2 noviembre y le pide al médico de favor que le realice
una prueba de rayos x, la cual muestra una fractura en el tobillo, por lo que
le vuelven a enyesar el pie y lo envían de regreso a la casa, indicándole Dipirona
para los dolores.
El mismo día 2, pero en la
noche, vuelven al hospital porque el menor no soportaba los dolores en el pie y
se quejaba de que el yeso le apretaba mucho, allí fue atendido por una pediatra,
quien le indica una inyección de Dipirona con Difenidramina para los dolores y
no le revisa el pie.
El día 3 regresan al
hospital, es atendido por el ortopédico Andrés Reyes Rojas, detectándole que la
inflamación había caminado hacia arriba, llegando hasta la rodilla, éste le retira
el yeso del pie y le indica ponerse fomentos de agua fría, acompañado de la Prednisolona,
medicamento que funciona como antiinflamatorio.
El día 4 retornan al
hospital, ya que la inflamación seguía caminando, los dedos de los pies se le
estaban oscureciendo y los dolores eran infernales, nuevamente es atendido por
una pediatra la cual, sin tan siquiera mirarlo, le dice, despectorativamente, al
enfermero, que le inyectara una Dipirona y le comunica al padre que se lo llevara
para la casa, que esos dolores eran normales. Lorenzo se queja ante el jefe de
turno, pero éste en vez de atender su
queja, lo que hace es remitirlo al hospital pediátrico Juan Manuel Márquez,
ubicado en el municipio Marianao. Al llegar al pediátrico es visto por un
especialista, el cual le asegura al padre que el yeso estaba muy apretado y
falta de guata, por lo que, sin retirárselo, le agrega un poco de guata en el
calcañal izquierdo y se lo afloja un poco, enviándolo de vuelta a casa. Ese
mismo día le salieron unas ronchas en todo el cuerpo, a lo cual los médicos
respondieron que era una intoxicación, sin hacer un análisis mas profundo.
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